Es indudable que la autora es netamente contemporanea. La robotización del pensamiento y la cosificaciòn de lo sensible constituyen en esta oportunidad los tòpicos que le permiten girar una vez màs en torno a las divisiones y la esencia de las personas. A cada paso observamos còdigos de barras pequeños, còdigos de barras gigantes, nùmeros negros y nùmeros blancos, que posibilitan escrutar la rigidez digital de los novedosos y torturantes dispositivos anclados en supermercados, tiendas y negocios. Se trata de un continuo visual que interpela a la razòn tecnica despojàndola de todo lirismo circunstancial. Emerge entonces la poetica de lo mìnimo: formas unìvocas y desanestesiadas desmitificas al progreso y vuelven nuestros ojos sobre crìpticos desplazamientos tan despersonalizados como alienantes. Los sueños electrònicos de cintas y màquinas son desnudados y se evidencia su matemàtica naturaleza absurda. La idea de lo seriado como algo vacuo y el concepto del procesamiento informàtico como un paso màs en el abandono de la condiciòn humana, son en esta oportunidad las ideas fuerza visibles. Pero hay màs. Hay capas debajop de “Rompiendo còdigos”, donde subyacen otras ideas y sensibilidades tan potentes como aquellas. Me refiero al gusto de la coherencia, los equilibrios y los vuelos sustancialmente estèticos, me refiero al gusto por crear y criar arte, algo que Susana Beibe vive, comparte e invita a beber de una inspiración universal e intransigente, vale decir, consolidada.
Miguel Angel Rodriguez
Crìtico de ArteLa Pampa 2009